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07-Sep-2002 -- El sábado 7 de septiembre del año 2002 decido dejar la ciudad de Santiago y junto a mi señora y mis dos hijos (4 y 6 años) intentar conquistar el encuentro exacto del paralelo 30S 71W ; nos dirigimos con entusiasmo rumbo a la cuarta región provincia de Coquinbo al norte de Chile.
Luego de 6 seis horas de viaje en que dejamos atrás la agitada capital nos internamos en el místico Valle de Elqui, lugar donde chilenos y extranjeros se relajan y meditan mirando unos de los cielos más hermosos del mundo colmado de estrellas luminosas que son deleite de astrónomos desde los observatorios la Silla y el Tololo.
Con emoción miramos el GPS que nos anuncia que estamos llegando. El lugar resulta ser un campo privado donde gentilmente somos autorizados a ingresar. Poco a poco y con el GPS en la mano buscamos el punto exacto, la emoción nos hace dar algunas vueltas que nos alejan y acercan, pero aun no podemos llegar a la confluencia.
De pronto ya más tranquilos y concentrados, vemos que debemos avanzar, caminamos entre un bosque de paltos y llegamos a la ribera del río Elqui que debido a las lluvias de este invierno generoso corre más caudaloso que lo habitual.
Logro cruzarlo descalzo y dejando atrás a mi familia emprendo la caminata cerro arriba hasta que llego al punto preciso. Con dificultad y debido a la pronunciada pendiente del cerro y a la intensidad de los rayos del sol nortino las fotos del GPS no salen como yo quisiera.
Regreso hasta donde esta mi familia y juntos celebramos la conquista que desde Chile comunicamos al mundo.
El lugar está hacia el norte en medio de la ladera de un cerro escarpado, al sur se encuentra el río Elqui cuya corriente va desde el este al oeste.
La vegetación nativa es rica en espinos y quebrachos que florecen amarillos formando un cuadro perfecto de un paraje del valle del Elqui.
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On Saturday September, 7 of year 2002 I decide to leave the city of Santiago and with my wife and two children (4 and 6 years) try to conquer the exact point of coordinates 30S 71W; we went with enthusiasm to the province of Coquinbo to the north of Chile.
After 6 six hours of travel in which we left the anxious capital behind we entered the mystical Valley of Elqui, place where Chilean and foreign relax and meditate watching one of the most beautiful skies of the world, overwhelmed by luminous stars that are delight of astronomers from the observatories the Chair and the Tololo.
With emotion we watched the GPS announcing our imminent arrival. The place turns out to be a private field and we are authorized to enter. Little by little and with the GPS in the hand we looked for the exact point, the emotion makes us go in circles that put us nearer or further away, but we cannot even arrive at the confluence point.
Suddenly already calmer and concentrated, we see that we must advance, we walked between a forest of "paltos" (similar to avocados) and arrived at the shore of the Elqui river that due to rains of this generous winter runs mightier than usual.
I cross it barefoot and leaving back my family I undertake the long walk up hill until I arrive at the precise point. With difficulty and due to steepness of the hill and to the intensity of rays of the northern sun the photos of the GPS are not as sharp as I wanted.
I return to where my family is and together we celebrate the conquest that from Chile we communicate to the world.
This place is towards the north in the middle of the slope of an escarped hill, to the south is the Elqui river whose current goes from east to west.
The native vegetation is rich in hawthorns and "quebrachos" that bloom yellow forming a perfect picture of a place of the valley of the Elqui.