English
02-Nov-2018 -- Pasando Rojas, a unas 3 horas de la ciudad de Buenos Aires, seguimos viaje transitando la ruta 31. Poco después hicimos una pequeña parada para visitar el pueblo (y la estación) Carabelas, muy tranquilo.
Dejando Carabelas dejamos también la ruta 31 y el pavimento para hacer cerca de 20 km de tierra, un camino en regular estado y con manchones de barro por las lluvias recientes. A metros del río Rojas, donde unos pescadores estaban pasando el rato, paramos el auto. El cielo se veía amenazador, y la humedad se respiraba por los poros.
A esta confluencia se la podría llamar “pies embarrados”. Ya para poder acceder al campo donde se encuentra fue necesario atravesar, zapatillas y medias en mano, una zanja con el agua a los tobillos. Luego fueron unos 700 metros por un campo parcialmente anegado, y en parte siguiendo la margen izquierda del río Rojas, intentando no incomodar a las muchas vacas que pastaban por ahí. Así llegué al punto donde el río se une con un arroyo, el cual hay que vadear para llegar a la confluencia. El vadeo fue fácil, pero mis pies paso a paso se hundían en el barro, muy arcilloso y pegajoso. Luego decidí cubrir los últimos 100 metros directamente descalzo, para despegar un poco el barro. No llegué a poner en cero el GPS, decidí parar a 60 metros (no quería acercarme mucho al ganado).
Regresé al auto vadeando el arroyo, caminando los campos de pastura, y sorteando el escollo de la zanja. Me tomé unos minutos para quitarme el barro de las piernas, y cuando por fin puse en marcha el auto las primeras gotas empezaban a caer. Apuramos el paso hasta alcanzar la ruta 8 (casi a la altura de Colon) acompañados por una densa llovizna, antes de que los caminos se pusiesen aún más difíciles de lo que estaban.
English
02-Nov-2018 -- Passing Rojas, about 3 hours from the city of Buenos Aires, we continue traveling along Route 31. Soon after, we made a small stop to visit the town (and the train station) Carabelas, very quiet.
Leaving Carabelas, we also leave Route 31 and the pavement to make about 20 km of a dirt road, a road in no so good condition and with patches of mud from the recent rains. A few meters from the Rojas River, where some fishermen were hanging out, we stopped the car. The sky looked threatening, and the humidity breathed through the pores.
This confluence could be called "muddy feet". Already to access the field where it was necessary to cross, shoes and socks in hand, a ditch with water at the ankles. Then they were about 700 meters by a partially flooded field, and partly following the left bank of the Rojas River, trying not to bother the many cows that grazed there. Thus I reached the point where the river joins a stream, which you have to wade to reach the confluence. The wading was easy, but my step-by-step feet sank into mud, very clayey and sticky. Then I decided to cover the last 100 meters directly barefoot, to take off the mud a little. I did not get to zero the GPS, I decided to stop at 60 meters (I did not want to get too close to the cattle).
I returned to the car fording the stream, walking the pasture fields, and avoiding the ditch. I took a few minutes to remove the mud from my legs, and when I finally started the car the first drops began to fall. We hurried to reach Route 8 (almost to the city of Colon) accompanied by a heavy drizzle, before the roads became even more difficult than they were.