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Our visit to 3ºN 75ºW starts in Medellín, where we (María Eugenia Hurtado and Esteban Vélez Sáenz) took a flight to Bogotá on december 19th, 2024, to meet our son Juan Sebastián. We stayed at his place and we devoted a couple of days to plan the logistics for the long road trip to the department of Huila.
We left Bogotá very early on December 22nd, and spent several hours stuck due to road repairs. Eventually, we reached Natagaima, where we had lunch and prepared the final part of the trip to Neiva. We reached Neiva, capital of Hula, around 16:00, checked into our hotel and went to the bus terminal to ask about the road conditions and proper route to Tello and the small village that we were trying to reach. The information gathered was inconclusive, so decided to stick to our original travel plan.
On December 23rd, we hit the road at 8:00, aiming for Anacleto García, the closest village on the map to the confluence and about 40km from Neiva. It may sound close, but the road conditions were extremely bad and it took us more than 90 minute to arrive there. We asked around for indications on how to reach San Andrés Roblal Medio, the zone where the confluence was supposedly located. People are interested in our trip and story because evidently, they never get to see tourists there, but they admonished us to not go forward and return to Neiva instead, given that the zone is controlled by combatants of the former FARC guerrilla. We try to hire a local guide, but nobody volunteered, until someone recommended to make a phone call to Mr. Milcíades, a local social leader, who kindly listens to us and offers to join us because his house and farm are very close to our intended destination. According to our maps and GPS, we are less than 5km away, so we get back into our car and started driving the final part of the road, which of course was the worst, extremely steep, we climbed above 2100m in some parts, full of fog, mud and small landslides. But the magnificent views of the coffee landscape more than compensated for the risk and, after half an hour, we finally met Mr. Milcíades, who was waiting for us on the middle of the road. With him by our side, we drove to the small public school that we had as the last reference before the confluence.
The confluence was very close to the road, but almost on a cliff. A small coffee farm was mere meters away; we greeted, but the house was empty. We got out of the car, managed to reach a point less than 30m away from the confluence and took the required pictures.
We didn’t stay long. It was evident that we were being watched and the guerrilla’s presence was advertised in every farm and school and building. We left Mr. Milcíades close to his parcel and drove down a different route, trying to reach the urban part of Tello. After more than one hour, we got there and finally could have lunch. We decided to take a small walk around and two policemen stopped us to ask about our trip. Someone had told them that some travelers were high in the mountains and they were baffled and worried, because, in their words “there, it’s full of guerrilla and we haven’t visited that region in many years”. According to them, it was reckless to go there without authorization. We said goodbye and drove back to the safety of Neiva.
This trip was also to celebrate 20 years since we visited our first confluence (6ºN 76ºW, in Antioquia). That trips lighted the flame that has taken us to many unexpected places in Colombia and we have the purpose to keep going.
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23-Dec-2024 -- ,/p>
Nuestra visita a 3ºN 75ºW empieza en Medellín, desde donde salimos María Eugenia Hurtado y Esteban Vélez Sáenz rumbo Bogotá, vía aérea, el 19 de diciembre de 2024 para reunimos con nuestro hijo Juan Sebastián. Quedándonos en su casa preparamos toda la logística para el viaje por tierra hacia el departamento del Huila.
Salimos el día 22 de diciembre a las 8:00 con rumbo a la ciudad de Neiva por una carretera congestionada y a paso lento durante varias horas. Tras armarnos de paciencia y dejar atrás las obras viales que nos detenían, disfrutamos de un almuerzo casero en el municipio de Natagaima. Finalmente, llegamos al centro de Neiva hacia las 16:00 y nos alojamos en un hotel previamente reservado. Aprovechando que teníamos algunas horas libres, y como era incierta la ruta hacia la vereda donde quedaba la confluencia, decidimos hacer averiguaciones en la terminal de transporte, sobre el estado de la vía y la manera más directa para llegar al sitio de la confluencia. La información que obtuvimos fue difusa y poco concluyente, con lo que decidimos mantener la ruta que habíamos planeado originalmente.
El día 23 de diciembre salimos a las 8:00 am de Neiva con dirección al corregimiento de Anacleto García, que pertenece al municipio de Tello, y del que nos separaba una distancia de 40 Km por una carretera muy estrecha, con muchas curvas en un terreno muy empinado y unas condiciones muy deterioradas del camino.
Tras más de una hora rodando, arribamos al corregimiento, donde descansamos un rato e hicimos averiguaciones con lugareños que se sorprendieron por el motivo de nuestra visita, ya que esa zona ha sido territorio histórico de la Guerrilla de las FARC y no hay ninguna presencia ni de la Policía Nacional ni del Ejército. Varias personas nos recomendaron que no siguiéramos, ya que en las zonas altas de la vereda estaban llenas de “tíos”, la manera coloquial con la que se referían a los guerrilleros. Intentamos, sin éxito, contratar a un guía que nos acompañara al sitio de la confluencia y que según nuestros cálculos no debería estar a más de 5km de carretera. Finalmente, en una tienda nos sugieren consultar con el Señor Milcíades, quien es el líder de la Junta de Acción Comunal en la vereda de San Andrés Roblal Medio. Nos comunicamos telefónicamente explicando el motivo de la visita y él muy amablemente se ofrece de guía para acompañarnos y cuidarnos en el trayecto. Salimos de Anacleto García por una carretera en tierra en muy mal estado, con mucha neblina y muy estrecha, con la intención de encontrar más adelante a Milcíades, quien se encontraba ya en la zona, trabajando en su parcela.
Con un gran esfuerzo en la conducción debido a lo estrecho, resbaloso y sinuoso del camino, vamos ascendiendo por la carretera solitaria hasta encontrar al señor Milcíades, a quien recogimos en la vera y nos sirve de guía hasta el sitio. Hay tramos de carretera que superan los 2000 metros sobre el nivel del mar y desde donde se puede contemplar un paisa cafetero espectacular. La velocidad promedio era de 10km/h, con lo que nos tardamos un rato largo en avanzar y acercarnos a la escuela pública de la vereda, que era la última referencia en el mapa antes de la confluencia.
Llegamos por fin al sitio de la confluencia, varios metros antes de la diminuta escuela, y éste se encuentra casi al borde de la carretera, junto a la casa de una pequeña finca cafetera con terreno muy pendiente y con mucha neblina, poco antes del mediodía. El GPS nos indica que estamos a menos de 30m del punto buscado, y con alegría celebramos la llegada a la Confluencia y procedemos a tomar las fotos correspondientes en el sitio.
No nos demoramos por la situación de orden público en el territorio, pasamos menos de 10 minutos en el sitio de la confluencia e inmediatamente comenzamos el regreso con dirección de la vereda San Andrés. La presencia de la guerrilla es evidente y continua en toda la región: las escuelas públicas tienen avisos formales de las disidencias, la marcación de las carreteras también fue hecha por la guerrilla, que funciona como un estado paralelo en esa zona tan remota. Nos sentíamos observados todo el tiempo, pero, seguramente gracias a la influencia del señor Milcíades, nadie nos detuvo, y solamente recibimos miradas extrañadas de las poquísimas personas que nos vieron pasar. La carretera se hizo un poco más amplia y menos agreste, y tras más de una hora de descenso, llegamos por fin al casco urbano del municipio de Tello, donde pudimos disfrutar de un almuerzo sencillo a mitad de la tarde. Posteriormente unos agentes de la Policía nos reprendieron por haber transitado por zona con dominio pleno de la guerrilla y nos contaron que ellos hace varios años que no visitan la zona por la que anduvimos.
Este viaje sirvió también para conmemorar los 20 años de la primera visita que realizamos (6ºN 76ºW, en el suroeste Antioqueño), con los mismos viajeros, visita que encendió la chispa que nos ha llevado a recorrer buena parte de Colombia para documentar las confluencias que la topografía y la situación de orden público de este convulsionado país nos permitan. Propósito con el que continuamos.