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11-Jun-2016 -- Para nuestras vacaciones de 2016 nos propusimos recorrer 5 estados del nordeste brasileño (Rio Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, Alagoas y Sergipe). Fueron más de tres semanas donde nos fijamos tantos objetivos y tan diversos que apenas hubo tiempo para visitar dos confluencias.
El 11 de Junio ya llevábamos más de 2 semanas de vacaciones. Nos encontrábamos volviendo de Penedo (una bella ciudad colonial a orillas del río São Francisco) en dirección a la capital del estado de Alagoas, Maceió.
Bordeando el océano Atlántico por la ruta AL101 y a poca distancia de Jequia nos desviamos a la derecha por un camino apenas marcado que en línea recta se aproximaba a la confluencia (a 1 km de distancia).
Ya sabíamos (por relatos de visitantes anteriores) que este camino termina en un acantilado de unos 20 metros de alto, lo cual hace impracticable el acceso a la playa. La confluencia se ubica a metros de la playa, mar adentro. Mi plan era llegar hasta un pequeño bosque de palmeras (desviándome a la izquierda por una senda poco antes de alcanzar el acantilado) desde el cual se podría llegar, en una suave pendiente, a la playa y luego caminar unos 500 metros hasta el punto de la confluencia.
Por suerte mis suposiciones fueron correctas y no me costó mucho llegar a la playa. Sin embargo no es la mejor opción. Actualmente existe un camino que tal vez se pueda transitar con el auto y que lleva directamente a la playa, cortando en dos el bosque de palmeras. “Tal Vez” ya que desconozco si este camino es privado o tiene una portería con candado más adelante. Por la ruta AL101, y a un kilómetro aproximadamente en dirección a Maceio desde el camino que yo tomé (el que se dirige en forma recta a la confluencia), sale otro camino, tal vez se trata del que llega a la playa.
Una vez en la playa, absolutamente desierta y hermosa, una especie de playa privada para aquel que ocasionalmente se encuentre allí, me dirigí al punto más cercano de la confluencia (unos 400 metros al sur por la playa). Solo mis huellas en la arena y el sonido de las olas.
La confluencia estaba a unos 150 metros mar adentro. Es importante verificar las mareas, que hacen variar bastante el nivel de las aguas en este sector. Yo llegué a más de una hora de la marea baja, y eso complicó un poco la conquista. El agua no estaba agitada y los primeros 50 metros mar adentro los pude cubrir sin problemas, luego las olas ya golpeaban un poco, y con el GPS en una mano y la cámara fotográfica en otra era un poco difícil mantener el equilibrio. En ese instante vi pasar una moto con tres ocupantes por la playa, y pensé en lo extraño de la situación para ellos, una persona a 50 metros de la playa haciendo equilibrio con las manos en alto sosteniendo dos artefactos y el agua casi al pecho, que habrán pensado? Nunca lo sabré…
Avancé otros 20 metros, y ya a 80 metros del punto exacto saqué varias fotos, que no salieron del todo bien en parte porque estaba preocupado por no perder el equilibrio y en parte porque la visibilidad no era la mejor debido a la gran claridad de la luz del sol reverberando sobre las olas.
De regreso a la playa me daban ganas de quedarme el resto de la tarde, pero mi familia me esperaba en el auto por lo que comencé el regreso, saboreando paso a paso ese pequeño paraíso terrenal.
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11-Jun-2016 -- For our vacation in 2016 we decided to visit 5 States of the northeast of Brazil (Rio Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, Alagoas and Sergipe). They were more than three weeks where we set up so many goals and so different that there was hardly time to visit two confluences.
On 11 June we already had spent more than 2 weeks on vacation. We were returning from Penedo (a beautiful colonial town on the banks of the São Francisco River) towards the capital of the State of Alagoas, Maceio.
Bordering the Atlantic Ocean by AL101 route and within walking distance of Jequiá we deviated to the right by a barely marked path coming straight to the confluence (at 1 km away).
We already knew (according to previous visitors) that this road ends in a cliff of about 20 meters high, making it impractical to access the beach. The confluence is located some meters from the beach, inside the sea. My plan was to get to a small forest of Palm trees (turning to the left along a path shortly before reaching the cliff) from which you could get on a gentle slope to the beach and then walk 500 meters to the CP.
Luckily my assumptions were correct and it didn't cost me too much to the beach. However it is not the best option. Currently there is a path that maybe can be travelled by car and that leads directly to the beach, cutting in two the Palm forest. "Maybe" since I am unaware if this road is private or has a gate with padlock more ahead. On AL101 route, and a kilometer approximately in the direction of Maceio from the road that I took (which goes straight to the confluence), goes another way, maybe it goes to the beach.
Once on the beach, absolutely deserted and beautiful, a sort of private beach for those who occasionally are there, I headed to the nearest point of the confluence (about 400 meters to the South along the beach). Only my footprints in the sand and the sound of the waves.
The confluence was about 150 meters offshore. It is important to check the tides, which do vary quite the level of the waters in this sector. I arrived more than one hour of low tide, and that a little complicated the conquest. The water was not agitated and the first 50 meters offshore could be covered without problems, then the waves already beat a little, and with the GPS in one hand and camera in the other it was a little difficult to maintain balance. At that moment I saw pass a motorcycle with three occupants on the beach, and thought about the strangeness of the situation for them, a person 50 meters from the beach making balance with the hands holding two artifacts and water almost to the chest, what have they thought? I will never know...
Awning 20 meters, and already 80 meters from the exact point, I took several photos, which did not come off very well in part because I was concerned not to lose footing and partly because the visibility was not the best because of the great clarity of the sunlight on the waves to reverberate.
Back to the beach they gave me desire to stay the rest of the afternoon, but my family waited in the car so I started my way back, savouring step by step this small earthly paradise.