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06-Apr-2007 --
DISFRUTANDO ARRIBA DE SOMUNCURÁ
Volvimos a Los Menucos después de visitar la 41°S 68°O y en lugar de continuar por Comico y Yaminué como teníamos planeado originalmente, para ganar tiempo, elegimos ir por la Ruta 23 hacia el este hasta Ramos Mexía y de ahí nos internamos hacia el sur para intentar volver a subir a meseta desde Treneta para buscar la remota 41°S 67°O.
La ruta estaba indicada como un camino secundario, pero por suerte nos encontramos con un camino ancho y bastante bien mantenido para nuestras expectativas. No obstante, cada tanto tenía algunos sectores desparejos y muchos guadales (pozos llenos de un polvo fino como talco).
Por la radio, escucho a Pablo enojado: no era para menos, al entrar en uno de esos guadales, al frenar, un extraño olor se apoderó de su chata: paró a revisar y aparentemente no había nada mecánico roto excepto que chorreaba algo rojo de la tapa de la caja. Se había roto una de las botellas de vino destinadas a los festejos y todo lo afectado quedó como milanesa de malbec y tierra. Que se la va a hacer …..
Después de unos cuantos kilómetros aparece el pequeño poblado de Rincón de Treneta, el cual se aloja en una especie de fiordo sin agua delineado por la meseta.
Empezamos a seguir cualquier huella que subiera a la meseta, pero los intentos siempre nos alejaban del objetivo y no parecían llegar arriba del todo. Entonces, examinamos un poco los alrededores y nos volvimos al camino principal para acercarnos más al poblado y preguntar.
Cuando Pablo bajó para consultar a un lugareño, se da cuenta que una de sus cubiertas tenía clavada una hermosa espina de alpataco. Por suerte estaba de costado pero igual perdía. Un kit de reparación rápido que yo tengo para estos casos solucionó mágicamente el potencial problema.
Un paisano nos indicó un camino que efectivamente subía a la meseta y con gran entusiasmo, lo encaramos.
Era bien interesante ya que era simplemente una huella construida apartando las piedras más grandes que se filtraba hacia arriba por los “acantilados” de la meseta. Desde lejos no parecía que la podríamos subir porque las pendientes parecían muy empinadas pero lentamente fuimos avanzando y conseguimos llegar la cima.
Ante nuestro ojos, la mejor muestra de la anhelada inmensidad de Somuncurá.
La huella seguía y por supuesto la seguimos. La distancia a la confluencia se reducía pero salvo milagro no parecía que podríamos alcanzarla fácilmente. A 3.9 km, con el camino perpendicular a la confluencia, decidimos abortar el operativo.
Esta vez, si bien la distancia era accesible, no podíamos gastar tanto tiempo ya que la fecha de retorno estaba definida y nos resignamos a ver la confluencia de lejos.
Piedras, silencio y una planicie infernal nos rodeaban mientras la bronca de no tener tiempo nos quemaba por dentro. Pero, como no hay mal que por bien no venga, le vimos el lado positivo y casi al unísono nos dijimos: Ya tenemos excusa para volver y cruzar la meseta siguiendo este “camino” que descubrimos.
Había nacido un nuevo viaje, pero todavía faltaba escribir el capítulo final de éste, la 40°S 67°O, en pleno desierto rionegrino.
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06-Apr-2007 -- ENJOYING ON THE TOP OF SOMUNCURÁ
We returned to “Los Menucos” after visiting the 41°S 68°W and there we changed our original itinerary through Comico and Yaminue; for saving time we decided to go by Route 23 to the east until Ramos Mexía and then from there, to go toward the south for attempting to go upward the Somuncurá Plateau from Treneta and to conquest the remote 41°S 67°W.
The route was indicated as a secondary road, but luckily we found a wide road in acceptable conditions. Anyway, from time to time, there were bumpy sectors and many “guadales” (big holes completely filled with a fine dust as talc).
Through the VHF radio, I listened to Pablo very upset: in one of the “guadales”, when he pushed the brakes to reduce the speed, a strange smell involved the cabin of his car. He stooped to check and apparently there are no mechanical problems except that some red liquid spilled for the rear of the trunk. Unfortunately, one of the bottles of red wine that we carried out for enjoying our conquests was broken…..
After a lot of kilometers, Rincon de Treneta town appeared. This town is placed in a kind of fjord without water, shaped by the plateau.
We began to follow whatever path we believed that went upward to the plateau, but the first attempts failed. Then we checked a little the surroundings and we decided to go to the town and there, asking to someone about our plans.
When Pablo go down of his 4WD to a peasant, he realized that one of his tires had nailed a big thorn of “alpataco” (Prosopis alpataco philippi.). We solved the problem using a kit that I had for fast reparations in a couple of minutes.
The peasant indicated us other path that went upwards to the plateau and, we faced it with very much enthusiasm. The path was very interesting because it was a truck built moving only the big stones and zigzagging among the “cliffs” of the plateau went continuously upward. From the distance, we believed that we couldn’t follow it due to the apparent big slopes in the last stretches. But, slowly, we progress upwards and finally we reach the summit. In front of our eyes the immensity of Somuncurá Plateau.
The track continued and, of course, we followed it. The distance to the confluence was reduced continuously but we realized that, except a miracle, we couldn’t reach it due to the real course of the track. At 3.9 kilometers, with the track perpendicular to the confluence, we decided to abort the attempt
This distance was enough to go walking but we didn’t have enough time and we resigned ourselves to see the confluence from here.
Stones, silence and an unbelievable flat plain surrounded us meanwhile the fury burned us internally for not having enough time to spend. But immediately, Pablo and I found the solution: we already have a valid reason to return here and to find out where the endless path lead, crossing the wild Somuncurá Plateau eastward.
A new trip had born but still, the final chapter of this had to be written, the 40°S 67°W again in the desert, in the middle of nowhere.