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16-Jan-2008 -- Este año decidimos pasar nuestras cortas vacaciones en Puerto Madryn y una confluencia a 25 km no podía permanecer ajena a mis actividades. Los relatos de visitantes previos la describían como una caminata de unos mil metros por la estepa patagónica y nada más. Aprovechando un día muy ventoso no apto para la playa, organizamos un recorrido para visitarla con la excusa de conocer Playa Unión, el coqueto balneario de Rawson.

Salimos de Madryn, de nuevo por la ruta provincial 1 hacia el sur y un perfecto camino de ripio nos llevó a 3.9 km de la confluencia, donde una tranquera parecía llevarnos directamente a la misma, tal como los anteriores visitantes informaron. Sin embargo, nosotros no tendríamos la misma suerte: un candado, el archienemigo imbatible de los cazadores de confluencias cerró el paso de nuestro vehículo. O quedábamos ahí o caminábamos. Mi hijo Pablo aceptó acompañarme y nos largamos a caminar para capturarla

Los primeros 2,5 km fueron por la huella vehicular en dirección a la confluencia, donde encontramos una nueva tranquera y un molino donde había guanacos bebiendo agua. Allí la huella ya no apuntaba a la confluencia; pese que la distancia seguramente se seguiría reduciendo si continuábamos por ella, sería a costa de caminar mucho más.

Allí decidimos internarnos por entre la vegetación y caminar lo menos en posible en línea recta los 1,4 km que faltaban. Por suerte la vegetación no era muy espesa y pudimos avanzar sin problemas hasta alcanzar la confluencia con precisión, aunque no encontramos los montículos de piedras que nuestros predecesores dejaron: el clima patagónico es implacable.

Sacamos las fotos de rigor y emprendimos el regreso desandando el camino. Al llegar a la chata, mi señora me contó que se acercó el supuesto dueño del campo a preguntar qué estaban haciendo ahí, ya que habíamos estacionado la chata frente a la tranquera de su propiedad. Le explicaron este asunto de las confluencias y se fue más o menos conforme.

Pusimos en marcha la chata y nos fuimos hacia el sur con rumbo a Playa Unión; pero antes de llegar a Rawson nos recibió algo muy desagradable: un inmenso basural a cielo abierto tapizando de bolsas de polietileno todo el paisaje marcaba un contrasentido increíble. La provincia que se preocupa por mantener muy bien áreas naturales protegidas, como Península Valdés y Punta Tombo, brinda este espectáculo a las puertas de su ciudad capital. Cosas de la Argentina.

English

16-Jan-2008 -- This year we decided to spend our short vacations in Puerto Madryn and a confluence at 25 km couldn’t remain without an attempt of visit. The narratives of previous visitors described it like an easy walking around 1000 meters along the “Patagonia” steppe and anything else. A windy day without beach activities was used to organize a trip with the “familiar” excuse of knowing “Playa Unión”, the fashion bathing of Rawson City.

We departed from Puerto Madryn, again by provincial route 1 to the south and a perfect dusty unpaved road we settled at 3.9 km of the confluence, where a gate seemed to lead directly the point according information of our predecessors. Nevertheless we wouldn’t have the same luck: it appeared the invincible archenemy of the confluence hunters: a padlock closed the progress with our car. Another incomplete visit wasn’t acceptable for me and I decided to go by foot. My son Pablo, a young hunter, decided to accompany me and together we started to walk.

The first 2.5 km were by the vehicular path that pointed clearly to the confluence; there we found a windmill and a new gate and the path detoured to the north putting farther away of the confluence. Some “guanacos” were drinking water near the windmill. Probably the distance could continue reducing itself but the track would be longer for walking. We decided to walk in straight line the last 1.4 km.

Luckily, the vegetation wasn’t thick and we could progress fast up to reach the confluence with precision. The markers of stones mentioned by our predecessors weren’t visible likely due the hard “Patagonia” weather.

We took the obligatory pictures and we returned doing “track back”. When we arrived to the car, my wife told me that the supposed landowner appeared to ask the reason of being there with the car in front of his closed gate. They explained about the confluence project and then he went out without very much conviction.

We continued our planned trip to the south with course to “Playa Union”, but before to arrive to Rawson something very disagreeable received us: an immense “free sky” dump supplied of plastic bugs the landscape, covering all bushes like “artificial and ugly “fruits”. An incomprehensible non-sense at the doors of the capital city of a province that take care of many natural areas like “protected reserves” (Punta Tombo and peninsula Valdes are good examples) and have as a flag, the ecological practices for the environment. Argentinean things.