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09-Jul-2009 --
LA ÚLTIMA DE RIO NEGRO
Volver a esta confluencia siempre era de un tema recurrente con mi colega confluenciero Pablo, de Bahía Blanca, porque haberla tenido al alcance de las manos en el intento del 2007 y que luego dos “competidores” tampoco pudieron lograrla, hacia que siempre estuviéramos organizando una nueva incursión. .
Así una especie de fin de semana largo que se creó con el Día de la Independencia y un Asueto Sanitario por la pandemia de la Gripe A, lo concretamos.
La idea era dedicarle todo el tiempo posible para traerla capturada cueste lo que cueste, teniendo como peor opción la continuación de nuestro frustrado intento del 2007: una caminata de 9.2 km de ida y otro tanto de vuelta.
Como el pronóstico del tiempo no era del todo halagüeño, con lluvia y nevadas, nos fuimos pertrechados para soportar cualquier cosa para no tener que volver a algún poblado si se nos complicaba el acceso: carpas, abrigo, comida, combustible y muchas ganas de enfrentar la naturaleza.
El pronóstico del tiempo se iba confirmando, parcialmente nublado por la mañana e inestable con tormentas por la noche. Negras nubes nos estaban esperando cuando llegamos al punto seleccionado en el Earth Google para empezar el acercamiento a la confluencia.
Y empezó la travesía por esas huellas muy poco transitadas de esas que me enloquecen.
Seguiríamos un camino basado en información de los mapas del IGM, ajustado por lo poco que se veía en las imágenes de baja definición del Earth Google; en el intento anterior del 2007 la parte sur de ese mismo camino nos había dejado frente a un molino, casi de noche, a 9.2 km al sur del objetivo, aparentemente sin posibilidad de seguir ya que la huella desaparecía entre espinillos y un alambrado. Esta vez lo estábamos intentando desde el norte, con la casi certeza que tal vez debiéramos desandarlo para salir.
Apenas nos adentramos en el desierto empezaron las bifurcaciones no previstas que “podían ser” las marcadas en los GPS. Optamos por el criterio general de elegir la de la derecha; varias veces fuimos y vinimos cuando se alejaba del objetivo sin pena ya que recorrerlas nos permitía disfrutar de paisajes insospechados.
Nos íbamos acercando lentamente a la confluencia siguiendo más o menos el tortuoso camino teórico, sorprendidos por lo montañoso del entorno, lo que no estaba en nuestros cálculos: en realidad sin haber entrado en muchos detalles por la baja definición del Earth Google, basados en la experiencia de dos años atrás y en la cercanía del Bajo de Colan Conhué, suponíamos que íbamos a circular bordeando salitrales y resulta que lo que estábamos haciendo era contornear cerros de hasta 1500 metros de altura.
Cuando nos pusimos 9.2 km de la confluencia, supimos que era el punto de no retorno, ya que nuestro último plan era llegar donde el 2007 y caminar esa distancia.
Casi cayendo la tarde, el camino teórico nos depositó como estaba previsto a 1.4 km de la confluencia, para la cual por lo menos había que “escalar” un cerro. Luego verificaríamos que eran tres.
Decidimos hacer el intento en ese momento ya que de acampar y esperar el día siguiente, nos recortaría valioso tiempo de paseo. El problema era que quedaba poco de día y comenzaba a lloviznar desde ese cielo bien negro que auguraba nevada. Así, los cuatro locos, abrigados hasta donde pudimos, marcamos el lugar donde estaban las chatas y nos adentramos en las montañas, mientras la llovizna aumentaba y se convertía en débil aguanieve.
Los estados físicos de los tres “viejos” y lo resbaloso de las piedras mojadas cuando bajábamos nos hicieron demorar bastante la llegada a la confluencia, así que cansados pero contentos la logramos. La esquiva 41°S 69°O que soportó tres intentos previos, finalmente se rindió y ahora Rio Negro no tiene más confluencias sin visitar. Es la segunda provincia que dejamos en cero.
El regreso fue duro, porque el cansancio se acumulaba, pero por suerte paró de lloviznar y pudimos llegar sin problemas a las chatas. Si bien hubiera sido interesante acampar aquí, la inminencia de una nevada no aconsejaba hacerlo, así que acordamos seguir adelante tratando de llegar a Jacobacci, ya que supuestamente estábamos a 9.2 km de camino conocido.
Arrancamos y al principio la huella se mostraba clara y amigable, con rumbo al molino del 2007. Era de noche y estábamos entregados a lo que se podía ver de cerca. En algún momento, nos empezamos a alejar hacia el este del camino teórico, sin saber si nos habíamos perdido algún desvío, pero la clara huella daba cierta tranquilidad que a alguna parte debería ir.
Decididamente la huella se alejó de nuestra previsión para ir a Jacobacci y le apuntaba a Maquinchao, lo que nos desconcertaba ya que uno de nuestros predecesores, Gabriel Passaro, había intentado desde Maquinchao y se había atrancado a 11 kilómetros de la confluencia. Sin embargo lenta pero firmemente nos acercábamos a Maquinchao, adonde llegamos a eso de las 21:00 horas. Allí tomamos la RN 23 rumbo a Jacobacci, donde intentaríamos alojarnos de nuevo como la primera vez, en el Hotel Cumelcán.
Los días siguientes nos depararían unas muy agradables sorpresas ferroviarias. El relato completo del viaje, click aquí.
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09-Jul-2009 --
LAST CONFLUENCE FOR RIO NEGRO PROVINCE
Coming back to this confluence was always a reiterating matter with my confluence colleague Pablo from Bahia Blanca, because to have had it almost in our hands in the 2007’s attempt and knowing also that neither we nor two “competitors” could reach it made that we were always planning a new raid to catch it.
So, a kind of long weekend created by the Independence’s Day and a Sanitary day off due to the epidemic of A Influenza gave us the opportunity to organize the new trip.
The idea was to dedicate all necessary time for capturing it, without saving efforts. The worst option was to walk the 18.4 kilometres round trip pending of our previous unsuccessful attempt of 2007.
As the weather forecast wasn’t the best, with rains and light snow, we were equipped to support whatever contingency that could happen, in order to avoid to return again to the area: tents, food, winter clothes, etc. and a huge enthusiasm about fighting against nature.
The weather forecast was being confirmed: cloudy in the morning and unstable with storms in the afternoon. Black clouds were waiting for us when we arrived to the point selected on Earth Google to begin the approach to the confluence.
And so we started our raid by unclear paths that I enjoyed very much.
We would follow a track based in information of IGM´s maps, with a little adjustment from Earth Google, in spite of the low definition of the area images: in our previous attempt, the south part of this track had left us in front of a mill, almost at night, 9.2 kilometers at south of the objective, apparently without possibilities of progress because the path disappeared among a fence and dense bushes.
This time we were attempting the approach by the north, with the certainty that we must returned on our footprints.
As soon as we got into the desert the unforeseen forks began. We selected always the right one as general criteria. Many times we had to return by the same path when the course was wrong, although just going into those paths was a pleasure for the hidden landscapes we discovered.
We were slowly approaching to the confluence following our theoretical track, surprised by the mountainous and unexpected environment. Due to the low definition of the Earth Google and our previous experience there, we believed we would find dry lagoons or saltpeter beds but actually we were surrounding hills up 1500 meters on sea level.
When we arrived at 9.2 km of the confluence, we knew that we were at “non returning point”, because our alternative plan considered walking this distance from the south
At dusk, as forecasted, our theoretical track put us at 1.4 kilometers of the goal. To reach it we needed to go up at least one high hill. Then we checked that we need to go up three hills.
We decided to do the attempt at this moment because to camp and to wait the next day, would make us spend a valuable time for additional raids.
The problem was the light darkness and the bad weather, with black clouds, light rains and probably, light snow. So, four crazy men, very well covered with heavy clothes, marked the waypoint in the GPS where the 4WDs were parked and climbed the first hill meanwhile the light rain became weak sleet.
The absence of physical fitness of the three old members of the team and the slippery and wet rocks delayed enough the arrival to the confluence while going down, anyway, tired but happy, we reached it successfully. The disdainful confluence that escape from three previous attempts, finally yielded and now the province of Rio Negro doesn’t have unvisited confluences. It is the second one that we leave without confluences.
The return was hard because we were dog-tired but luckily the light sleet stopped and we were able to arrive to the cars without problems. It should have been very exciting to do camping here, but the imminent snowfall didn’t counsel to do it. So we agreed to go ahead to Jacobacci because, hypothetically we were at 9.2 km of known path.
At first, the path was clear and the course led us directly to the known mill. But the darkness probably avoided us to see some fork and we were led to the East of the track, without more information. The clear path indicated us that we went to some place.
Certainly the path was farther away of our original plan to Jacobacci and pointed to Maquinchao. This point disconcerted us because our predecessor, Gabriel Passaro failed to reach the confluence from Maquinchao. Nevertheless, firmly buy slowly we approached to Maquinchao and at 9:00 p.m we arrived. Then we took the National Route 23 to Jacobacci, where we lodged in our old known Cumelcan Hotel.
Next days would provide very pleasant railroads surprises. For the narrative ot the complete trip, click here.