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14-Ene-2012 -- Una tarde de enero de 2012, mientras disfrutábamos un rico croissant de chocolate con café, Alfredo Remón me dice:

- ¿Por qué no te das un salto por San Casimiro y haces una confluencia en Venezuela?

Esta insistente invitación me hizo pensar:

- ¡Qué vergüenza! He creado un grupo para cazar confluencias en Perú ¿y no he hecho ni una en Venezuela, en mi tierra natal? ¡Qué horror!

Esa misma tarde comencé a convocar a los amigos montañistas, pero todos escurrieron el bulto... lamentablemente la exploración genera incertidumbre, inseguridad, stress.

Finalmente pude convocar dos personas más, dos amigas… qué nunca han hecho un cerrito y qué no tenían idea ni de que era una confluencia y mucho menos en qué se estaban metiendo.

Una de ellas me preguntó: - ¿A qué hora regresamos a Caracas?

A lo que le respondí: - Podemos estar regresando a la una, o a las tres, o quizás a las siete.

- ¿Y qué debo llevar?

- Un litro de agua y galletitas, respondí.

Por fortuna de ahí no pasó el cuestionario. Y es que el dicho popular dice que “Dios protege al inocente”.

A las 7:30 a.m. del sábado 14 de enero partimos de Caracas con rumbo a la Finca La Vega, ubicada en la carretera Cúa - San Casimiro, llegando a nuestro destino a las 10 a.m. aproximadamente después de comernos unas ricas empanadas de carretera.

Inicialmente nos recibió el perro de la Sra. Rosa, la dueña de la finca, para luego ser recibidos por Lailín, la esposa del capataz, quien nos dijo que desde hace ocho años (tiempo que lleva viviendo allí) ha visto pasar varios grupos que buscan este mismo punto objeto de nuestra visita.

Después de conversar largo y tendido con esta amable mujer, Cielo, Heva y yo comenzamos a bajar al río Zuata.

Inmediatamente Cielo y Heva dijeron a casi a coro: - No, yo no me quito los zapatos.

Aquí comenzó el calvario… para ellas. Debimos bordear el río casi un kilómetro hacia el N para cruzar el puente de la nueva urbanización ubicada en el río, saltar alambres de púas, cruzar enramadas de espinas, cruzar el río por un puente y retornar un kilómetro hacia el sur para retomar el camino hacia el cerro donde se encuentra la confluencia. Es decir, hicimos toda una vuelta.

Al llegar por fin al punto realmente de origen de la búsqueda Jesús, el capataz, comenzaba a subir al ganado a pastar y lo seguimos hasta el ingreso del primer potrero. Desde allí, los animales doblaron hacia el sur y nosotras comenzamos el ascenso sobre un caminito en zig-zag algo destruido por desuso y enfangado por las lluvias.

Para personas que nunca han caminado en el monte puede parecer algo ruda la ruta, y en efecto ambas amigas se detuvieron a un cierto punto, faltando escasos 50 metros de distancia y 20 metros de desnivel aproximadamente para llegar a la confluencia.

Más de una vez escuché decir:

- ¿Por qué esto no se parece al corta-fuegos de El Ávila?

Y:

- Tú no eres Tauro… los Tauro son personas cómodas y no se meten en estas cosas.

Las espinas, las ramas, el fango, la pendiente, el calor, el silencio, la ausencia de personas, el temor por las serpientes fueron algunas de las razones que salieron a relucir… todo totalmente comprensible.

Cuando renunciaron definitivamente a seguir caminando, me despegué con el fin de alcanzar el objetivo lo más pronto posible y poder regresar pronto a buscarlas para bajar al vehículo, y en efecto en 7 minutos estaba en la N10W67, absolutamente feliz, por haber cazado una confluencia en mi país.

No solamente los hombres tienen sus propias conversaciones, también las mujeres decimos algunas barbaridades. Y entre ellas estuvo un símil que Cielo y Heva me expresaron: “Parecías Moisés al bajar de la montaña, con el rostro iluminado”.

¡Gracias Alfredo!

English

14-Jan-2012 - An afternoon of January 2012, while we enjoying a coffee and a great croissant with chocolate, Alfredo Remón says to me:

-Why not give you a jump by San Casimiro and do a confluence in Venezuela?

This insistent invitation made me think:

-What a disgrace! I've created a group to hunt confluences in Peru and I have not done nor one in Venezuela, in my homeland? What a shame!

That afternoon I began to summon friends mountaineers, but all were not available... Unfortunately exploration generates uncertainty, insecurity, stress.

Finally I could find two lady friends… what have never hike a hill and had no idea either that was a confluence and much less in what they were getting involve.

One of them asked me: -At what time do we return to Caracas?

To what I said: - We can be back at one, or three, or perhaps at seven p.m.

-And what should I bring?

-One litre of water and biscuits, I replied.

Luckily the questionnaire finish. There is that the popular saying: "God protects the innocent".

At 7:30 a.m. on Saturday, January 14, we set off from Caracas headed to the Finca La Vega, located on the road Cúa – San Casimiro, reaching our destination at 10 a.m. approximately after eating for breakfast some tasteful empanadas on the road.

Initially we were received the dog of Mrs. Rosa, the owner of the estate, then by Lailín, foreman ranch´s wife, who told us that for eight years (time which leads living there) has seen several groups seeking this same point object of our visit.

After a long and grateful talk with this gentle woman, Cielo, Heva and I began to go down to the Zuata River.

Immediately Cielo and Heva told nearly in chorus: -No, I do not take off my shoes.

Here began the problems… for them. We should skirt the River almost a kilometer towards the N for crossing the bridge in a new house development located by the River, jump barbed wire, pass by bushes and cross the river by a bridge, and return a kilometer to the South to resume the path to the hill where the confluence is… we did a large turn.

Arriving finally at the point really of origin of our quest Jesus, the foreman, began to raise cattle to graze and we follow up to the first paddock. From there, animal folded towards the South and we started the ascent on a zigzagging path somehow destroyed by disuse and muddy by the rains.

For people who have never walked in the bushes and mountains this hike can seem to be a rough route, and indeed both friends were stopped at a certain point, missing 50 meters of distance and 20 meters about to reach the confluence.

More than once I heard to say:

-Why this does not seem to the firewall from El Ávila?

And:

-You are not Taurus… the Taurus are comfortable and not get into these things.

The spines, the branches, the mud, the slope, the heat, the silence, the absence of people, fear of snakes were some of the reasons that came up… all completely understandable.

When they resigned definitively to keep walking, I continue in order to achieve the goal as soon as possible and to return soon to look for them to get off the vehicle, and indeed in 7 minutes was the absolutely happy 10N 67W by have hunted a confluence in my country.

Not only the men also have their own discussions, women say some terrible things. And among them was a simile Cielo and Heva expressed to me: "You Seemed Moses down the mountain, with his face illuminated".

Thanks Alfredo!